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domingo, 20 de octubre de 2024

PAT SURFISTA y EL DELFÍN ERIK - BukarteZ




Había una vez una chica llamada Pat, que vivía en un maravilloso lugar,. al norte de España, lleno de rocas, y estupendos mariscos, cerca de una encantadora playa.

PaT era apasionada del skate y pasaba sus días deslizándose por los circuitos de asfalto, grises y de aspecto poco atractivo, por lo que decidió ir a surfear, por esas olas tan bonitas, brillantes y divertidas.

Con las olas y sobre una arena que bailada al son del ir y venir de las olas con al la arena, aprendió a hacer trucos alucinantes. Un día, mientras practicaba en el muelle, decidió aventurarse a nadar un poco, y meterse mar adentro, pues la mar estaba como una balsa y la bandera era verde y no había olas donde jugar.

Al entrar mas dentro, se encontró con un delfín juguetón y curioso., al principio, Pat se sorprendió, pero pronto comenzó a jugar con él, y se hicieron inseparables; mientras Pat hacía acrobacias sobre su tabla de surf entre las olas tranquilas y balanceantes, el delfín saltaba alegre, fuera del agua para animarla a seguir cabalgando sobre las olas, el  la protegía y nada malo le podría pasar al lado de un delfín.

Pat le enseñó algunos trucos de skate, cuando el la observaba desde el agua, en el paseo marítimo, y él le mostraba cómo surfear las olas.
El adorable delfín le dejaba agarrarse a su aleta navegando a una velocidad que jamás ella habría podido alcanzar, la arrastraba y juntos crearon momentos mágicos, momentos que nunca olvidarán, hacían un dúo extraordinario entre tierra y mar.

Una mañana Pat fue a un rincón soleado de la costa, donde se sentía a gusto y libre, en una conexión especial con el mar y con su tabla, ella había aprendido a surfear, ya no siendo una niña, sin embargo, se pasaba las horas practicando trucos de surf y con su tabla de skate, para mejorar la estabilidad y así mejorar la técnica, pues esfuerzo es igual a resultados, eso siempre le decía su madre, y desafiándose a sí misma estaba decidida a aprender nuevas maniobras.

Pat era conocida por todos, pues era nueva en su pueblo, y no dominaba el skate, ni el surf, pero era intrépida, decidida y perseverante, por lo que estaba convencida que lograría, ser una gran surfista.

Con el tiempo nadie podía resistir ver cómo se lanzaba por las rampas o hacía piruetas, tanto en el mar como en el asfalto, sin embargo, había algo que amaba aún más surcar las olas mientras hacía surf , y era que no lo hacía sola; sino que siempre iba acompañada de su amigo el defín.

Un día soleado de verano, tras haber terminado su rutina de skate y sintiéndose llena de energía, decidió salir al agua a practicar surf, antes de llegar a las olas de un mar verde como las esmeraldas, con su tabla bajo el brazo, notó algo extraño en el horizonte, unas suaves olas brillaban, peculiarmente. intrigada avanzó a caballo y braceando sobre su tabla.

Al poco tiempo se dio cuenta que ese brillo provenía de su amigo el delfín juguetón, en el pueblo se decía que él tenía habilidades extraordinarias para saltar fuera del agua y hacer acrobacias impresionantes.
Contaba una  leyenda que ese animal no era un delfín, sino que era un joven que como le gustaba tanto saltar sobre las olas, Neptuno le había transformado en delfín, y en realidad era un joven que se llamaba "Erik".

Pat nadó hacía aquella luz y la luz se acercaba a ella, y al acercarse un poco más con curiosidad,  el delfín le regaló una sonrisa amistosa e inesperadamente saltó por encima de ella, colocandóse a su lado
 para que Pat se agarrara a su aleta dorsal, nunca había visto a ese delfín nadar de forma tan elegante y lleno de energía.

Pat, se sentía fascinada porque parecía tener personalidad propia y decidida a compartir un poco sobre su mundo, y enseñarle cosas de tierra, a este sorprendente amigo acuático, el a cambio 
 comenzó a mostrarle algunos movimientos básicos mientras estaba aún flotando en el agua.
Por supuesto, Erik no tardó mucho en hacer giros maravillosos a su alrededor y  mostrando toda clase juegos submarinos.

Con cada ola rompiente encontró nuevos retos junto a Erik no había ningún obstáculo, y siempre andaban jugando como si estuvieran bailando entre las olas formando así juntos coreografías naturales donde ambos lucían genial sincronizados perfectamente sin importar ser de diferentes especies.

Días después crearon entre ellos  verdaderos vínculos profundos; los dos sabían cómo comunicarse, pero aquello no era suficiente y aunque, ninguna frase fuese pronunciada ni un sonido emitido solo miradas cómplices llenabas ambos espíritus felices por descubrirse juntos realmente únicos.

Erik, volvió para pedir a Neptuno que le convirtiera nuevamente en humano, pues quería tener posilidades que compartir algo más que surf con Pat, el dios del mar, viendo que las intenciones eran buenas, se lo concedió, y hoy andan juntos surfenado y haciendo skate, dos humanos que se quieren.

BukarteZ 2024