Translate

miércoles, 16 de octubre de 2024

EL GNOMO MARCELO - BukarteZ

 



Había una vez un gnomo minero, que andaba siempre buscando piedras preciosas y oro, no le gustaba encontrar carbón que era lo más normal, se pasaba días y día cavando, cada vez tardaba más en bajar a lo profundo de la mina, pues estaba haciendo un gran túnel, quería llegar al centro de la tierra, pues allí seguro que encontraría lo que buscaba.

La verdad es que era un mal minero, encima de su gorro rojo, se colocaba un casco y una linterna de cabeza y junto a su pico, trabajaba, pero como era un desastre, más de una vez rompió el techo y lo pasó muy mal, para quitarse toda esa tierra de encima.

Un día entró decidido a la mina, para cavar mucho más para llegar al fondo, y tanto cavó que un hoyo gigante se abrió y se lo tragó.

Cayó y cayó, hasta llegar a un torrente de agua, iba dando tumbos de lado a lado, pero como levaba el casco no le pasó nada, eso sí, perdió su herramienta de trabajo, después de pasar mucho miedo, llegó a un lago en medio de la montaña, no se veía nada, solo al final de una grieta, podía penetrar un pequeño rayo de luz, eso le animó, pues ya no estaría enterrado allí dentro.

Tardo mucho en poder salir, pero como era pequeñito no tuvo problemas en atravesar la grieta, y resulta que la grieta no daba al exterior, sino a la habitación de alguna casa.

Cuando entro en esa habitación, se dio cuenta que era una biblioteca, llena de estanterías hasta el techo y una escalera muy alta con ruedas para poder ir de un lado a otro, lo que estuvo haciendo un buen rato, pues le pareció divertido, en aquel lugar no se oía ningún, pensó que más tarde saldría a explorar.

Al mirar detenidamente encontró un armario que no tenía libros, sino que eran telas enrolladas, abrió una de ellas y resultó que eran mapas, estaban pintados en colores, con muchos números y diferentes signos, que no era capaz de descifrar.

Los extendió todos por el suelo, para ver sí juntos se formaba una especie de puzle y con ello saber a que lugar se referían, pero nada, no había manera, por lo que los dejó donde los había encontrado.

El gnomo Desastre, que no era su nombre, sino su apodo, por lo torpe que era, después de registrar, fisgar, cotillear, por todos los rincones, decidió con mucho cuidado salir de la biblioteca, ya que no había encontrado nada interesante.

Al salir, estaba en un gran espacio, con muchas puertas y un pasillo, rodeado de una barandilla, que por unas escaleras, se bajaba a una entrada gigante, todo el suelo era de mármol y las barandillas de maderas nobles.

Como no se oía ningún ruido, posiblemente, no había nadie, y como el era un gnomo, estaba acostumbrado a pasar desapercibido, así que sin ningún temor, empezó su exploración por aquella casa que por su aspecto debía ser un palacio.

Para poder abrir las puertas, tenía que ingeniárselas, pues no llegaba a los picaportes, pero como no encontró nada para llegar, decidió meterse por unas rejillas que había en el corredor, quitó la tapa y se metió por una de ellas, anduvo un ratito, hasta encontrar otra rejilla por la que salir, se asomó para asegurarse que en esa habitación no hubiese nadie, la abrió y se deslizó a su interior.

En esa habitación había unos muebles de madera muy elegantes, con un gran reloj que marcaba las horas, con una canción, los sofás y las cortinas iban a juego, con los mismo colores de la alfombra y unos grandes jarrones llenos de flores que daban fragancia al sitio, la mesa era redonda y bajita por lo que parecía una sala para tomar el te.

Tampoco vio nada que le gustara, y por supuesto como marcelo "Desastre" iba buscando algo que brillase, si no lo veía, la habitación perdía todo interés, aquí no había ninguna joya, y aunque los cuadros fuesen de gran valor, por ser obras de arte, no podía con ellos.

Así se paseo, usando el mismo método por todas las habitaciones, sin encontrar nada interesante, sin embargo, cuando bajó a la planta inferior, cuyas puertas estaban abiertas, tuvo menos problemas para echar un vistazo de manera rápida y cómoda a todos los cuartos.

Cuando entró a la lavandería encontró ropa pequeña, que le servía, pensando que era de un niño, pero no podía ser por la hechura, se lavó, adecentó, y se vistió con la ropa que había encontrado. Lavando su gorro rojo, ese nunca se lo quitaba, al igual que sus botas de color marrón.

Cuando llegó a la cocina, encontró mucha comida y bebida, como llevaba mucho tiempo sin comer, se puso a comer hasta quedarse dormido, en un cómodo sofá, pasado un rato un ruido le despertó, entraba gente y de un salto se escapó por la gatera.

Después de explorar el palacio salió desilusionado y pensó que su búsqueda no había servido para nada.

Sentado en la hierba y apoyado en la pared del palacio, vio que el zócalo, estaba adornado con unas raras inscripciones, las  empezó a mirar con detenimiento, intentando descifrar que ponía, y reconoció que era un mapa antiguo, como los de la biblioteca, pero en piedra, pensó que los de dentro, podían ser mapas para despistar a los buscadores de tesoros, y el bueno estaba justo a la intemperie, a su lado, consiguió descifrar que era el sitio que andaba buscando,lo que fuese estaba escondido en un bosque cercano.

Su corazón rebosada de entusiasmo y emoción, corriendo todo lo rápido que pudo, pues sus piernas eran cortitas,  llegó al sitio indicado, como no tenía herramientas, volvió al palacio, y en las caballerizas, encontró un pico, volviendo al tesoro.
Empezó a cavar y a cavar hasta encontrar un arca, cuando la abrió, no pudo creer lo que estaba viendo, estaba lleno de piedras preciosas de todos los colores, las que él había estaba buscando desde que era minero, cogió unas pocas y volvió a enterrar el arca, para volver, cuando le hiciera falta.

Estaba feliz, pues no solo había encontrado el tesoro de sus sueños, que era muy valioso, sino también una nueva aventura, después de aquello, nunca jamás volvería a usar el apodo de gnomo Desastre, pues ya no lo era.

BukarteZ  - 2023