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sábado, 26 de octubre de 2024

LA PIEDRA LUMINOSA - BukarteZ


Eran tres amigas que siempre estaban leyendo libros en la biblioteca del colegio, un día Valentina, encontró un manuscrito muy antiguo, que contaba la existencia de un lejano y misterioso lugar, donde había una piedra que quien la poseyera, obtendría la iluminación , y por ende la felicidad y la sabiduría.

Valentina, una intrépida chiquilla que quería ser exploradora, con pelo rizado y ojos chispeantes, siempre lista para nuevas aventuras; le vino como anillo al dedo encontrar aquellos papelajos, junto a Sofía, una astuta joven que le encantaban las adivinanza resolver juegos imposibles, además y tenía el don de comunicarse con los animales, siempre iba con su inseparable loro Dodó, y junto a ellas siempre cerca estaba Helena. una joven impetuosa y curiosa, y con un sentido especial para la lógica y las deducciones, con trenzas doradas, que siempre llevaba algún un libro en la mano, las tres juntas eran invencibles.

Las niñas fueron a buscar al señor Tomás, un sabio anciano del pueblo, con barba blanca como la nieve y lentes que le daban un aire curioso; que conocía muchas leyendas y cuentos antiguos, que podían ser verdad o no, y le llevaron lo que habían encontrado, para que las aconsejase.

Efectivamente, el aciano les contó que, existía una vieja leyenda, que decía que en algún lugar existía la Piedra de la Sabiduría, una piedra mágica conocida como "la Luminosa" era una esmeralda gigante, casi del tamaño de una gran manzana, que brillaba como un diamante, y quien la encontrara sería poseedor de la sabiduría y por ende, de la felicidad, en teoría esa piedra mágica llenaba los corazones de alegría, a quien la poseyera, sería dichoso, pues además de conceder deseos.

El señor Tomás, les dio, una especie de mapa medio roto, que unido a lo que habían encontrado era donde venían las coordenadas del lugar, donde podría estar la piedra, pero mucha gente había ido, y nadie la pudo encontrar, por lo que decidieron abandonar la búsqueda por ser un cuento fantástico.

Con tal de pasarlo bien, las niñas decidieron, que sus vacaciones de verano las usarían para en poner en marcha su plan para ir en busca de la piedra tan deseada, por todos, fuese o no verdad, sería un juego divertido.

Lo primero encontraron en su excursión épica fue llegar al Bosque Susurrante, según marcaban las pistas ocultas del antiguo mapa, con valentía se adentraron en el misterioso bosque, donde se enfrentaron pruebas mágicas, ya que ese requisito era imprescindible para poder atravesar ese lugar tan siniestro como atractivo a la vez.

El bosque les iba susurrando lo que debían hacer, después de conseguir atravesar esos árboles milenarios e interminables, que parecían querer atraparlas con sus ramas, a modo de brazos, para jamás pudieran salir de allí, llegaron, al salir de aquel sitio tan siniestro, llegaron al Monte de la Tempestad, y en ese momento, una gran tormenta se formó a su alrededor, pero con la valentía de Valentina, que les iba dando ánimos, la escalaron con muchas dificultades, pero con optimismo de conseguirlo. Al llegar a la cúspide vieron que al otro lado había un valle al que según el mapa debían descender.

Bajaron del monte, y la cosa se puso un poco peor, el mapa se iba borrando, sin ningún sentido, y las letras y los trazos se iban disipando, según iban alejándose de aquella montaña y acercándose a la base,  no conseguían saber por donde seguir, ni por donde iban, pero gracias la lógica de Helena, y siguiendo su instinto y su gran sentido de la orientación volvieron la ruta correcta, y en el mapa poco a poco volvían a aparecer los trazos, y las leyendas.

Así  iban usando sus dones, sin darse cuenta, ni siquiera sabían que era poseedoras de ellos, Con ellos y juntas pudieron enfrentarse a desafíos, en los que pusieron a prueba su ingenio y osadía, juntas vencían todos sus miedos.

Valentina, no dudaba en ningún momento en seguir adelante, y por la ruta marcada en aquel pergamino. Sofía, tuvo que resolver acertijos que les plantearon las criaturas mágicas, que eran una especie de duendes de orejas puntiagudas y zapatos que llevaban cascabeles, para poder seguir en su camino, y con la lógica Helena, no había nada que las detuviese.

Cuando ya estaban muy cansadas y la noche iba llegando, decidieron ir a un río bravo, sus turbulentas agua, pensaron que al la orillas podrían pasar la noche, haciendo un gran fuego.
Sin embargo, sus planes se estropearon, debían atravesarlo, pues al llega a la orilla se encontraron con un lodazal.

Sin embargo, se podía ver que la otra orilla, tenía una agradable playa, y allí podían dormir, pero no sin antes cruzar aquella corriente que era tremendamente peligrosa, una de las más fuertes que existían, y podía arrastrarlas hasta caer por una catarata.

Gracias a Dodó, el loro, que pidió ayuda a unos  los flamencos que por allí pasaron, lograron atravesar sin mojarse ni un pelo, se montaron en las mágnificas aves y volando llegaron a la otra orillas.

Con la ayuda de la exploradora Valentina, no tenían pérdida, pues sabía interpretar los mapas a la perfección, y Sofía y Helena resolvían los inconvenientes, que les iban surgiendo, así poco a poco iban avanzando en su cometido.

Pasados varios días, volvieron a ver una montaña, observaron el mapa y en ese ponía el nombre de la Montaña Murmurante, y protno descubrieron porqu tenía ese nombre, les habló muy bajito y ondicó por donde entrar a ese volcán, que tenía en codiciado tesoro.

Hicieron lo que les murmuró y llegaron a su interior, siguiendo unos rayos que salían del centro, las tres niñas animadas por Valentina, se aventuraron a descender por unas cuerdas que había colocadas en el exterior, alguien las había abandonado en el intento por alguna razón.
En la puerta de la gruta que daba
 paso, había un cartel que decía, que solo los limpios de corazón podrían atravesar, pues si no lo fueran, se convertirían en piedras.
Las niñas al leer aquello, no les importó, y siguieron adelante según tenían previsto, y al entrar a la gruta,
allí en medio, sobre un pedestal de mármol, estaba "la Luminosa", brillante como nunca antes  habían visto nada parecido.

Muy contentas por haber conseguido encontrar su recompensa, la famosa piedra era mágica, por lo que era deseada por todos.

El asunto era saber a quien pertenecía, pues las tres la habían conseguido encontrar, y de repente se dieron cuenta, es que eso no les importaba, que lo que más deseaban era fortalecer los vínculos de amistad entre ellas, y fue el deseo que pidieron a  "La Luminosa" de esa manera serían felices, solo con ese pensamiento, la piedra había hecho ya la magia.

Al tocarla juntas, entendieron que su vínculo había aumentado, su deseo se había cumplido, y ese había sido el verdadero cambio mágico. 

La luz envolvió el bosque que antes era sombrío y la luz volvió a todos los rincones, mientras ellas reían felices; pues ese era el gran regalo, eran felices porque eran amigas.


BukarteZ 1999