Nuestro viejo amigo el pirata Malapata, conocido no solo por su destreza en alta mar, sino también por su torpeza, un día, se despertó con una terrible tos, que hacía temblar hasta a las velas del barco, como estaba siempre en mar, había mucha humedad y se pilló un catarro muy grande, y en ese momento se acordó de la bruja Curuja, que le había pedido vivir en el trópico, y ahora entendía el porque.
Menudo catarro tenía, hasta el loro no se quería poner en su hombro, por la molesta tos, lo había pillado porque hubo una tormenta muy grande, y como se mojó tanto, el frio se le me metió hasta los huesos.
De modo, que puso rumbo hacia la isla donde había dejado a la bruja señora Curuja viviendo, la que ella bautizó con el nombre de “Isla Malapata” porque ella tenía el poder de crear pociones mágicas capaces de curar cualquier mal, o enfermedad ella sanaba.
Parece que el pobre pirata no estaba en racha, y zarpó para tener una aventura, y vaya que si la tuvo , y bien grande, tan mala suerte, que se encontró con desafíos inesperados, era una gran tormenta furiosa y como removió tanto el mar, de las profundidades salieron unos monstruos marinos, que jamás había visto y que atacaban el barco, con lo bonito que lo tenía, estaba preocupado no se hundiera, por fin, pero al final como no pudieron volcar la goleta, se fueron, y después de muchos días sin ver tierra, por fin llegaron a la isla después de muchos días difíciles.
Dejó el barco fondeado, y con su loro al hombro se dispuso a llegar a la playa, cuando se acercaron a la casa de la señora Curuja, allí no estaba, pues ahora a la mujer, le había dado por los viajecitos.
Así que se volvió a su barco, con esa tos de perro, para esperar que volviese la bruja, menos mal, que en ese lugar el tiempo siempre era bueno, y hacía calor, una tarde que andaba el pobre pirata en su cama con fiebre, tocaron a la puerta, toc .. toc.. y enseguida el pensó , que no podía ser otra que su amiga.
La bruja al otro lado de la puerta le preguntó, "¿Qué te trae hasta aquí, pirata?" preguntó la señora Curuja con su voz de cazallera.
El señor Malapata le invitó a entrar al camarote, y le explicó su enfermedad, estaba en la cama muerto de frio pro la fiebre tan alta y sudando como un pollo, además de esa tos tan fea, suplicando ayuda a la bruja, para que le curase, que por culpa del mal tiempo, se encontraba así, la bruja sonriendo y enseñando su único diente, le dijo que a ella se lo iba decir, lo que pasa con el frío.
El señor Malapata, fue a la isla con su loro en su chinchorro, mientras la señora Curuja en su cocina, con su bastón mágico, daba vueltas a un caldero que tenía al fuego, lleno es una especie de caldo verdoso, con burbujas del que salían patas de rana, arañas, a cada vuelta que daba con su bastón; cuando estaba ya el caldo acabado, le sirvió un vaso medio roto y sucio con el brebaje, y le dijo que se lo bebiera de un trago.
El pirata sin pensarlo, se lo bebió, como ella de había dicho, e inmediatamente sintió cómo un calor le recorría todo su cuerpo y pasaba por sus venas, aquello según bajaba por su garganta iba mejorando y lo notaba, al poco tiempo, ya estaba curado, no le dolía la garganta ni tosía y menos aún tenía estornudos o fiebre.
Pasó varios días en su goleta, fondeada en la isla, hasta que se encontró totalmente recuperado, se dio un paseo por el lugar, y ya que estaba andaba por allí, se llevo algo de valor de su arca escondida, para pasar otra temporada, sin atracar barcos.
La señora Curuja, le dijo que ella volvería a marcharse de viaje, pues como ya no le dolía nada, por lo que podía seguir volando con su escoba mágica y su gato, sin necesidad de aterrizar cada quince minutos, ya no le dolían los huesos.
El señor Malapata, zarpó nuevamente, con la energía renovada, perdiéndose en la lontananza, ya volvía a tener ganas de pasar nuevas aventuras, sin olvidar de llevarse la pócima mágica que la señora Curuja, le había regalado, por si volvía a enfermar, pues curaba cualquier clase de mal.
Y así la señora Curuja y el señor Malata, cada uno en su transporte se alejaron por el horizonte.
BukarteZ 2024