Una mañana soleada, mientras exploraba una isla cerca de su casa, a la que había llegado con su pequeño bote, estaba jugando a ser una pirata que buscaba un tesoro y lo encontró; al encontrar un extraño objeto medio enterrado, al sacarlo de la arena. vio que era una brújula antigua que brillaba cunado le dio el sol.
De la que jamás se separaría, cuando la recogió, sintió una energía especial; parecía guiarla hacia lo desconocido, lo que no podía imaginar, era que sus juegos, se convertirían en su trabajo.
Esta niña, se convirtió en una joven de pelo largo y rojizo que brillaba como el cobre bajo el sol, siempre con un pañuelo atado en la cabeza, para que su precioso pelo no le molestase, era de color rojo estampado de calaveras, y si no hacía viento, podía ponerse encima su sombrero tricornio negro y rojo.
Sus ojos desafiantes eran tan verdes como el mar, y brillantes como las estrellas, siempre con uno tapado con un parche, que en el centro tenía una esmeralda, sus labios eran rojos como la sangre en contraste con sus dientes blancos como perlas, de sonrisa seria.
Su pasado estaba lleno de secretos y aventuras por haber navegado por mares peligroso, y luchado en grandes batallas, tenía una gran conexión con el mar, por lo que se convirtió en Capitana Morgana, después de un motín a bordo el barco, en la que iba camuflada como un marinero más, por su inteligencia y por ser una gran estratega acabó siendo respetada, además de por sus dones de navegación, exploración y atacando barcos que llevaban oro.
La bucanera Morgana normalmente usaba un chaleco de cuero negro ceñido a su figura, sobre una blusa blanca y unos pantalones pirata, siendo una ropa cómoda para moverse ágilmente por el barco, así como en la lucha, sus botas eran altas por encima de la rodilla de tacón ancho, que resonaban a cada pisada que daba al caminar sobre cubierta.
Ceñido a la cintura siempre llevaba un gran cinturón con un trabuco, y su espada de nombre “Dolores”, que era su mayor tesoro; tenía grabado el nombre de las dos, por cada lado de su afilada hoja.
Capitana Morgana no solo destaca por su valentía y destreza en combate, sino que además era una gran estratega y astuta, lo que inspira confianza entre su tripulación, quienes le obedecían, pues estaban seguros de que mientras ella estuviese al cargo, todo iría bien.
Capitaneando su barco "Caronte" una hermosa goleta con grandes velas blancas que parecen alas al viento, con su casco estaba pintado en un vibrante color azul profundo, adornado con incrustaciones de nacar brillaban bajo el sol. En la proa, tenía un mascarón con una figura tallada de un esqueleto cabalgando un delfín que simboliza la libertad y aventura.
A bordo, durante la navegación el ambiente era relajado y entre la tripulación había camaradería, sus gritos se oían por todas partes mientras realizan sus tareas, o cantaban
En la mesa del puente de la capitana estaba lleno de mapas antiguos y herramientas para navegar, y sobre ellos destaca una antigua brújula siempre apuntando a nuevas aventuras, en su libro de bitácora de tapas de plomo, para en caso de perder la batalla, poder tirarlo por la borda y que se hundiese rápidamente, además allí disponía de un pequeño catre para echar alguna cabezada entre jornadas agotadoras.
Su camarote, esta debajo de la cubierta, es grande, acogedor y decorado con recuerdos traídos de otras islas: caracolas, fotos antiguas y pequeños objetos curiosos, y objetos saqueados durante sus incursiones, cada rincón cuenta una historias vivida.
Había un gran espacio abierto con hamacas donde dormía la tripulación, con arcones donde guardaban sus pertenencias, y estanterías con barriles de licor, y armarios para guardar sus armas.
En otra parte del navío, había todo lo necesario para atacar o defenderse, entre las armas de fuego había; mosquetes, trabucos, pólvora, bolas de cañón y los arcabucillos, sin olvidar los grandes cañones, y otros de dimensiones reducidas, como la culebrina o el falconete, mortales para el asalto y abordaje de navíos.
En la diminuta cocina, había barriles llenos de provisiones: patatas, carne seca, pescado en salazón y otro tipo de alimentos, además de agua y ron, mucho ron.
"Caronte" no solo era un barco, era una máquina infernal, su nombre tenía un aire oscuro, tenebroso, del inframundo, trasporte de almas al más allá, esta valiente mujer que iba en busca de tesoros y batallas, vivía con la parca pegada a su espalda, su barco, era su hogar Capitana Morgana y el de su tripulación, donde sus sueños se convertían en realidad, iniciando travesías inolvidables, así como ataques a otros barcos para saquearles, que era lo que más le gustaban, los abordajes y los suculentos botines.
Estuvieron navegando durante varias s semanas, se enfrentaron tormentas y una noche estrellada en medio del océano profundo, el marinero de guardia avistó con su catalejo desde el carajo, un barco rival, rápidamente cambiaron la bandera de Jamaica, por la bandera negra, con su calavera y las tibias cruzadas, el barco que tenían enfrente estaba liderado por el temible Capitán Skull. Sin embargo, la Capitana Morgana, mostró valentía y astucia; utilizó sus conocimientos sobre las estrellas para trazar un plan audaz que les permitió rodear al barco enemigo y destrozarle, haciendo prisioneros, y llevándose un mapa del tesoro.
Siguiendo el rumbo que tenía previsto el Capitán Skull, navegaron varias semanas, y por fín un día vieron una isla, el mapa que habían robado era un mapa antiguo que prometía llevarlos a un tesoro escondido en una isla misteriosa.
Finalmente llegaron a la isla donde prometían tesoros escondidos bajo palmeras altas. Sin embargo, no estaban solos, al llegar a la isla también había otros piratas tras el mismo tesoro y la Capitana Morgana, sin derramar ni una gota de sangre, usando su astucia consiguió engañar a sus rivales que abandonaron la isla.
Mientras excavaban los piratas del Capitán Skull, incluido él, desenterraron el tesoro, la tripulación de Morgana, les apuntaban con las armas, después de mucho excavar, encontraron las cajas llenas de monedas doradas, piedras preciosas, objetos de oro y plata y joyería en general, y allí los abandonó a su suerte, después de que cargasen todas las cajas en la goleta.
Cuando estuvieron en el barco, la Capitana repartió el tesoro entre sus marineros, tratando de que fueran partes de igual valor, pusieron rumbo a un puerto y ese día al desembarcar, fueron a la taberna, donde cantaron, bailaron, se emborracharon.
La Capitana Morgana no tenía límites, y jamás se separaría de la brújula que encontró, cuando siendo una niña jugaba a buscar tesoros, y que luego acabaría por ser real.
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