Translate

lunes, 28 de octubre de 2024

EL SOMBRERO MÁGICO - BukarteZ



En una Pueblo al norte de Irlanda, con un nombre imposible de pronunciar, donde los días eran lluviosos, húmedos, y nublados, hasta la llegada del verano, cuando el verde brillaba en todo su esplendor, y las praderas renacían, las pequeñas margaritas, llenando el aire con su fragancia.

Allí vivían tres inseparables amigos; Anne, una joven soñadora y presumida que siempre llevaba un cuaderno para anotar sus ideas; Peter, un aventurero que amaba explorar cada rincón del bosque cercano; y Mary, una artista talentosa que podía convertir cualquier paisaje en hermosas pinturas.

Un día soleado, mientras paseaban por el mercado que ponían todos los sábados, donde se podía comprar desde una lechuga a unas velas, encontraron un sombrero muy viejo, de terciopelo negro con unas plumas de avestruz, que parecía haber pertenecido a un gran noble, era grande, casi cabían los tres dentro, y sus plumas brillantes que danzaban al viento, sin pensarlo dos veces, decidieron comprarlo juntos, pero no tenían dinero, entonces se fueron a casa y rompieron sus alcancías, y aún así no tuvieron suficiente dinero para comprarlo, por lo que decidieron regatear con el comerciante, para que les bajase el precio, el hombre al verles tan ilusionados con aquel sombrero y conociendo su misterio, decidió vendérselo, por todo el dinero que llevaban.

Cuando Mary, que era la más presumida, se lo puso la primera, y sucedió algo extraordinario; el sombrero cobró vida y hablaba.

Soy Little Hat, dijo con voz melodiosa, puedo llevar a lugares mágico, sí está dispuesto para la aventura, asustados y con la curiosidad desbordante, muy intrigados pero emocionados, aceptaron sin dudarlo, Little Hat, le dijo que agitase sus plumas para ser transportada, pero ella quería ir con sus amigos, y decidieron meterse los tres debajo, pues era tan grande que cabían, y no entendían que se llamase Little Hat, al ser tan enorme.

Inmediatamente los tres intrépidos amigos, fueron transportados a un mundo muy raro, llegaron al Reino de las Hadas Grises, ellos pensaban que demás de que las hadas eran de colores brillantes, eran pequeñitas y en cambio, estas eran más grandes que ellos y no tenían colores, eran grises.

Al igual que el sombrero aquel país era de gigantes, todo era enorme, ellos parecían del tamaño de las hormigas, pero aquí, podían cabalgar sobre ellas.

Las hadas les advirtieron que tuvieran cuidado, pues había insectos y animales como los que ellos conocían, que eran peligroso, y que además había seres fantásticos como los dragones.

Una de las hadas, les metió en su bolsillo, y los llevo volando a una montaña de dulces y caramelos, junto a un río de chocolate, las piedras eran de turrón.

Allí comieron y bebieron todo lo que les apetecía, y cuando se cansaron se quedaron dormidos, debajo de una aguja de pino, al despertar el hada se había ido, y estaban muertos de miedo, pero seguían siendo los duelos del sombrero mágico, pronto se dieron cuenta que no todo era diversión, en aquel reino.

Ellos no habían llegado allí por casualidad, Little Hat, tenía planes para ellos, deberían ser los salvadores de aquel extraño lugar, el reino estaba en peligro, y solo unas almas puras, podían salvarlo de la catástrofe, pues una a una sombra oscura creada por un malvado hechicero Grimorax, estaba comiendo todo, y ya estaba a punto de desaparecer.

Vieron como esa sombre gris, según iba avanzando se comía los colores y se apoderaba de los bonitos colores, el color del mundo se volvía gris y triste, en ese momento se acordaron de las hadas grises.

Además cuando el color gris, estaba una temporada en un mismo sitio, acababa por desaparecer, lo que ponía el peligro aquel reino, con el tiempo todo dejaría de existir.

Los amigos no sabían que hacer para poder ayudar, entonces cada uno de ellos, empezó a usar sus cualidades para conseguir resolver el asunto.

Anne, utilizó su creatividad para idear estrategias ingeniosas; Peter se convirtió en líder valiente durante las misiones más arriesgadas; mientras Mary derramar su paleta de con colores, que eran más vivos que nunca, e incluso consiguió dar luz, a todo por donde pasaban.

Los tres juntos se volvieron a poner el sombrero, y aparecieron como por arte de magia en un castillo oscuro y tenebroso, donde residía Grimorax, se quitaron el sombre y se escondieron detrás de una para de un mueble, era tan alto que no sabían de que tipo era, lo mismo podía ser una silla que una mesa, como tenían miedo, vieron una grieta en la pared y allí se colaron.

Estuvieron pensando como podían acabar con las malas intenciones de aquel mago, debían tener ingenio y trabajo en equipo, estuvieron horas estudiándola situación, ellos no tenían magia, eran como hormiguitas, desolados no sabían que hacer.

Los tres se abrazaron y cada uno usaba sus poderes, esa era su magia la unidad y la amistad, durante ese abrazo, crearon fulgurantes destellos de luz alrededor del sombrero mágico, el sombrero a su vez lo enviaba a cada rincón del castillo llegando hasta Grimorax, que como una gran ola le llenó de color, volviéndose brillante, así fue vencido ya que nunca más pudo cambiar los colores del reino y no pudo desaparecer.

Cuando salieron del castillo, todo era de color hermoso, como los que ellos conocían y el arcoíris, volvería a brillar intensamente, para nunca más desaparecer.

Estos jóvenes héroes, volvieron a meterse bajo Little Hat, apareciendo en una pradera verde de su Pueblo, donde pastaban las vacas tranquilamente y comían flores.

Guardando el sombrero mágico con mucho cuidado, en un lugar secreto para usarlo cuando tuviesen ganas de más aventuras.

BUKARTEz 1998

FLORES DE RESILIENCIA - BukarteZ

 

Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de montañas y valles verdes, donde vivía una campesina llamada Margarita, de aspecto débil y pequeña, pero fuerte en su interior, hasta que dejó de serlo.

le gustaba mucho cultivar hortalizas, flores y cuidar árboles frutales, todo de manera ecológica, era muy querida por todos, además de su generosidad, pues le gustaba compartir con sus vecinos, era por su carácter alegre, su risa llenaba el aire mientras trabajaba entre tomates jugosos y zanahorias crujientes, mientras tanto cantaba canciones que ella misma iba inventado, como decían que hablar con las plantas y cantarles, mejoraba la producción y la calidad, pues dado su calidad debía ser verdad.

Todos los domingos los agricultores, vendían sus productos en el mercado local, de donde venían personas de otros lugares, incluso lejanos para comprar lo que ellos ofrecían.

Un domingo soleado de primavera, cuando ella estaba en su puesto ofreciendo sus mercancías, apareció un cliente encantador, que también amaba la naturaleza, y le gustaban los productos ecológicos, a partir de ese día, ese hombre no faltaba ni un domingo para hacer la compra.

Un día le preguntó, si al terminar la venta, podría ayudarle a recoger todo e invitarla a tomar algo, ella acepto, pues el hombre era muy buena gente.

Durante la merienda, ella le explicaba como hacía que sus plantas estuviesen tan sanas y sabrosas, el escuchaba muy atento y con mucho interés, al final compartieron historias y anécdotas sobre cosechas.

A partir de ese día, el comenzó a prestarle ayuda en todo lo que necesitaba, pues el trabajo de montar y desmontar la feria era tedioso y pesado, pronto se hicieron amigos inseparables, poco a poco el se fue colando en el corazón de la chica y comenzó a visitarle más a menudo a su huerta. Solían Cada tarde conversaban mientras cuidaban de las plantas y Margarita disfrutaba de su compañía y sentía que había encontrado a alguien especial.

Samuel, que así se llamaba el hombre, era fuerte y apuesto, además de ser encantador, un día le pidió matrimonio, a lo que ella muy contenta accedió, y se fue a vivir a casa de Margarita.

Sin embargo, pasaron los meses y lo que parecía ser una pareja sólida y enamorada, comenzó a desdibujarse. Samuel poco a poco se iba quitando la mascara que llevaba puesta, revelando gradualmente una personalidad oscura, podía alternar entre ser cariñoso e irritable sin previo aviso, al principio Margarita no le dio importancia, pensó que todos tenían días buenos y malos.

A medida que avanzaba el tiempo, la convivencia se iba poniendo cada vez más incomoda, ella se sentía cada vez más dependiente de él emocionalmente, aquella luz que tenía y su sonrisa, fueron disipándose, y una tristeza invadió su rostro, ya no era independiente como antes, sino que dependía para todo de aquel hombre.

Sus palabras dulces la envolvían como miel, en algunos momentos, y volvía a se el ser adorable que conoció, pero de repente todo se tornaba en críticas que eran dolorosas como espinas al corazón, y ano iba sola al mercado, el iba con ella, con la disculpa de ayudar, y la situación cada vez era más tensa, Margarita trataba de complacerlo constantemente para evitar su ira.

Samuel aprovechó esta situación, para criticar y su trabajo y tratarla con tono despreciativo, y Margarita llegó dudar no solo de su trabajo, sino también de si misma, pensaba que estaba actuando mal y por eso Samuel no era feliz a su lado.

Llegó un momento en el cual Samuel tomó control sobre todas las decisiones relacionadas con la huerta, hasta los colores vibrantes comenzaron a perder vida cuando él estaba cerca, ella luchó internamente tratando escapar de esas garras opresivas pero el miedo siempre ganaba, y la paralizaba.

Con el paso del tiempo pasó desapercibida la situación ante la gente del pueblo, pero la vieron un cambio radical en toda su actitud, incluso en la calidad de los productos que vendía, un domingo que Samuel no fue a la feria, se le acercó una anciana del pueblo que le dijo que deberían hablar, invitó a tomar el te en su casa y Margarita acepto.

La anciana, que se estaba dando cuenta de todo, le dijo que no debía seguir al lado de Samuel, pero ella tenía miedo, le había arrebatado su personalidad, y Margarita se echaba la culpa de que el actuaba así, por no hacer bien las cosas.

En el pueblo había una red de mujeres, que se reunían para ayudarse mutuamente e invitaron a Margarita que se uniese a ellas, empezó a asistir a esas reuniones, con problemas, pues Samuel no la dejaba, pero un día todas juntas fueron a hablar con él, y le hicieron entrar en razón.

Allí se leían antiguos cuentos llenos sabiduría, aquellos relatos tenían razón, y le recordaron, como era y en lo que se había convertido.

Con la ayuda de sus compañeras volvió a revitalizar su fuerza interior, y a dejar de tener miedo, pues no estaba sola, y se enfrentó a Samuel, con la ayuda de los esposos de las otras mujeres.

Un día en el mercado, todos y todas fueron a hablar con el y cuando le dejaron en evidencia delante de todos, el hombre como vino se fue, y nunca jamás se apareció de nuevo por aquel pueblo.

Margarita retomó las riendas de su vida, su huerta floreció como antes o mejor, dando lo mejor de sí, dulces frutes sabrosas hortalizas y flores maravillosas con un aroma que envolvía todo el lugar.

Con la ayuda de sus vecinos y vecinas, revitalizada su paz interior, volvió a ser feliz, y jamás volverían a faltar flores en ningún jarrón.

BukarteZ 2020

sábado, 26 de octubre de 2024

LA REINA Y EL TRONO DE MARFIL - BukarteZ

 


En un lejano reino vivía una princesa llamada Verónica, además de bella todos la querían por tener un corazón amable y una sonrisa contagiosa, vivía feliz en su palacio sin preocupaciones, cantando por los jardines, mirando los nenúfares que flotaban en el estanque, donde los cisnes majestuosos nadaban, junto a los peces de colores, todo era paz, felicidad y armonía.

Pero cerca de ese lugar, en un bosque oscuro y tenebroso, vivía un mago, que odiaba ver a la gente feliz, y por eso no soportaba a la joven princesa, era un hombre amargado, que vivía mirando la vida de los demás, en lugar de preocuparse de la suya, no soportaba tanta felicidad, y un día que la vio paseando por los jardines, contenta como siempre, la mandó un conjuro, deseando que cuando fuese mayor no fuera feliz.

Cuando llegó a la mayoría de edad, la princesa seguía siendo feliz, su maldad no había podido llegar al corazón bondadoso de la princesa, por lo que tuvo que inventar algo, para que no estuviera siempre contenta.

Se convirtió en reina encantadora, y eso le hizo entrar en cólera y pensar en algo, para que dejara de serlo, no sabía porque la maldición no había funcionado, y mientras tanto ella seguía canturreando entre los rosales.

Un día la reina, recibió de regalo anónimo, era un trono magnífico hecho de marfil, ella estaba muy contenta con aquel obsequio, era precioso, pero era un regalo envenenado, estaba encantado con un maleficio que pronto descubriría.

El trono tenía un poder misterioso y maligno, a partir de ese momento, no podía pasear, ni alejarse de él, siempre que intentaba alejarse, el trono la atraía mágicamente de vuelta, y se sentaba, se pasaba la vida sentada, allí sin poder salir de paseo, como lo solía hacer por el jardín.

No podía alejarse de él, cada vez que daba tres o cuatro pasos, inmediatamente e irremediablemente el trono la atraía hacía él, de manera que no podía salir a ninguna parte, como hacía cuando era una alegre princesa soñadora, solo podía escuchar el canto de los pajaritos a través de las ventanas del palacio, su tiempo de libertad se había acabado, ahora era prisionera de ese trono, blanco y frío, recordaba los tiempos en que no tenía que estar sentada en ningún trono, por muy de marfil que fuese.

Verónica se sentaba con tristeza, estaba deprimida y apática, solo deseaba ser libre, sentada en su trono durante días y horas, añorando sus días felices.

Como pasaba tantas horas allí sentada, le daba tiempo para pensar, lo que más tenía era tiempo para pensar, estaba tramando como poder alejarse de aquel maldito trono en el que se pasaba horas y horas.

Se aburría mucho y pensó si al menos tuviera un libro, se le haría más corto el tiempo. Un día que el trono estaba más tranquilo de lo normal decidió alejarse y subió a la torre más alta del palacio, donde estaba la biblioteca.

Decidida a recuperar su felicidad y libertad, comenzó a investigar sobre antiguos hechizos y leyendas, no podía ser otra cosa, lo que le pasaba.

cuando llegó a la biblioteca se puso a buscar algo para leer mientras estaba perdiendo el tiempo en aquel horrendo trono, por lo menos leer la haría viajar, imaginar lugares hermosos, vivir aventuras y sobre todo investigar como acabar con aquel embrujo.

Estuvo merodeando por la biblioteca, escudriñando todos los rincones, tenía que encontrar algo, una pócima o lo que fuese, para acabar con aquella pesadez, y no encontró nada.

Rápidamente El trono la reclamaba nuevamente, salió corriendo, tenía que volver a sentarse en él, pero mientras corría para llegar, en su camino se encontró con un gnomo, los gnomos son muy sabios por lo viejos que son y por todo lo que han vivido, Palito, que así se llamaba el gnomo, le habló sobre el verdadero significado del liderazgo, el trono no era su líder, a un líder se le sigue, no obliga a que le sigan, y le dijo una frase: "La fuerza no reside en el trono sino en tu espíritu", desde entonces, seguía unida al trono de marfil, pero se lo tomó con filosofía y tranquilidad, decidiendo vivir adaptándose a la situación hasta que cambiase, si algún día lo hacía, pero la fuerza residía en ella, en su interior, y volvió a cantar, a reír, y ser feliz, en su trono de marfil.

Esperando o no tiempos mejores.


BukarteZ 2024

LA PIEDRA LUMINOSA - BukarteZ


Eran tres amigas que siempre estaban leyendo libros en la biblioteca del colegio, un día Valentina, encontró un manuscrito muy antiguo, que contaba la existencia de un lejano y misterioso lugar, donde había una piedra que quien la poseyera, obtendría la iluminación , y por ende la felicidad y la sabiduría.

Valentina, una intrépida chiquilla que quería ser exploradora, con pelo rizado y ojos chispeantes, siempre lista para nuevas aventuras; le vino como anillo al dedo encontrar aquellos papelajos, junto a Sofía, una astuta joven que le encantaban las adivinanza resolver juegos imposibles, además y tenía el don de comunicarse con los animales, siempre iba con su inseparable loro Dodó, y junto a ellas siempre cerca estaba Helena. una joven impetuosa y curiosa, y con un sentido especial para la lógica y las deducciones, con trenzas doradas, que siempre llevaba algún un libro en la mano, las tres juntas eran invencibles.

Las niñas fueron a buscar al señor Tomás, un sabio anciano del pueblo, con barba blanca como la nieve y lentes que le daban un aire curioso; que conocía muchas leyendas y cuentos antiguos, que podían ser verdad o no, y le llevaron lo que habían encontrado, para que las aconsejase.

Efectivamente, el aciano les contó que, existía una vieja leyenda, que decía que en algún lugar existía la Piedra de la Sabiduría, una piedra mágica conocida como "la Luminosa" era una esmeralda gigante, casi del tamaño de una gran manzana, que brillaba como un diamante, y quien la encontrara sería poseedor de la sabiduría y por ende, de la felicidad, en teoría esa piedra mágica llenaba los corazones de alegría, a quien la poseyera, sería dichoso, pues además de conceder deseos.

El señor Tomás, les dio, una especie de mapa medio roto, que unido a lo que habían encontrado era donde venían las coordenadas del lugar, donde podría estar la piedra, pero mucha gente había ido, y nadie la pudo encontrar, por lo que decidieron abandonar la búsqueda por ser un cuento fantástico.

Con tal de pasarlo bien, las niñas decidieron, que sus vacaciones de verano las usarían para en poner en marcha su plan para ir en busca de la piedra tan deseada, por todos, fuese o no verdad, sería un juego divertido.

Lo primero encontraron en su excursión épica fue llegar al Bosque Susurrante, según marcaban las pistas ocultas del antiguo mapa, con valentía se adentraron en el misterioso bosque, donde se enfrentaron pruebas mágicas, ya que ese requisito era imprescindible para poder atravesar ese lugar tan siniestro como atractivo a la vez.

El bosque les iba susurrando lo que debían hacer, después de conseguir atravesar esos árboles milenarios e interminables, que parecían querer atraparlas con sus ramas, a modo de brazos, para jamás pudieran salir de allí, llegaron, al salir de aquel sitio tan siniestro, llegaron al Monte de la Tempestad, y en ese momento, una gran tormenta se formó a su alrededor, pero con la valentía de Valentina, que les iba dando ánimos, la escalaron con muchas dificultades, pero con optimismo de conseguirlo. Al llegar a la cúspide vieron que al otro lado había un valle al que según el mapa debían descender.

Bajaron del monte, y la cosa se puso un poco peor, el mapa se iba borrando, sin ningún sentido, y las letras y los trazos se iban disipando, según iban alejándose de aquella montaña y acercándose a la base,  no conseguían saber por donde seguir, ni por donde iban, pero gracias la lógica de Helena, y siguiendo su instinto y su gran sentido de la orientación volvieron la ruta correcta, y en el mapa poco a poco volvían a aparecer los trazos, y las leyendas.

Así  iban usando sus dones, sin darse cuenta, ni siquiera sabían que era poseedoras de ellos, Con ellos y juntas pudieron enfrentarse a desafíos, en los que pusieron a prueba su ingenio y osadía, juntas vencían todos sus miedos.

Valentina, no dudaba en ningún momento en seguir adelante, y por la ruta marcada en aquel pergamino. Sofía, tuvo que resolver acertijos que les plantearon las criaturas mágicas, que eran una especie de duendes de orejas puntiagudas y zapatos que llevaban cascabeles, para poder seguir en su camino, y con la lógica Helena, no había nada que las detuviese.

Cuando ya estaban muy cansadas y la noche iba llegando, decidieron ir a un río bravo, sus turbulentas agua, pensaron que al la orillas podrían pasar la noche, haciendo un gran fuego.
Sin embargo, sus planes se estropearon, debían atravesarlo, pues al llega a la orilla se encontraron con un lodazal.

Sin embargo, se podía ver que la otra orilla, tenía una agradable playa, y allí podían dormir, pero no sin antes cruzar aquella corriente que era tremendamente peligrosa, una de las más fuertes que existían, y podía arrastrarlas hasta caer por una catarata.

Gracias a Dodó, el loro, que pidió ayuda a unos  los flamencos que por allí pasaron, lograron atravesar sin mojarse ni un pelo, se montaron en las mágnificas aves y volando llegaron a la otra orillas.

Con la ayuda de la exploradora Valentina, no tenían pérdida, pues sabía interpretar los mapas a la perfección, y Sofía y Helena resolvían los inconvenientes, que les iban surgiendo, así poco a poco iban avanzando en su cometido.

Pasados varios días, volvieron a ver una montaña, observaron el mapa y en ese ponía el nombre de la Montaña Murmurante, y protno descubrieron porqu tenía ese nombre, les habló muy bajito y ondicó por donde entrar a ese volcán, que tenía en codiciado tesoro.

Hicieron lo que les murmuró y llegaron a su interior, siguiendo unos rayos que salían del centro, las tres niñas animadas por Valentina, se aventuraron a descender por unas cuerdas que había colocadas en el exterior, alguien las había abandonado en el intento por alguna razón.
En la puerta de la gruta que daba
 paso, había un cartel que decía, que solo los limpios de corazón podrían atravesar, pues si no lo fueran, se convertirían en piedras.
Las niñas al leer aquello, no les importó, y siguieron adelante según tenían previsto, y al entrar a la gruta,
allí en medio, sobre un pedestal de mármol, estaba "la Luminosa", brillante como nunca antes  habían visto nada parecido.

Muy contentas por haber conseguido encontrar su recompensa, la famosa piedra era mágica, por lo que era deseada por todos.

El asunto era saber a quien pertenecía, pues las tres la habían conseguido encontrar, y de repente se dieron cuenta, es que eso no les importaba, que lo que más deseaban era fortalecer los vínculos de amistad entre ellas, y fue el deseo que pidieron a  "La Luminosa" de esa manera serían felices, solo con ese pensamiento, la piedra había hecho ya la magia.

Al tocarla juntas, entendieron que su vínculo había aumentado, su deseo se había cumplido, y ese había sido el verdadero cambio mágico. 

La luz envolvió el bosque que antes era sombrío y la luz volvió a todos los rincones, mientras ellas reían felices; pues ese era el gran regalo, eran felices porque eran amigas.


BukarteZ 1999

jueves, 24 de octubre de 2024

NIMBUS, PRISMA Y CHISPITAS - BukarteZ

 


Había una vez un magnífico Pegaso blanco, que se llamaba Nimbus, en honor a las nubes que surcaba, con sus enormes alas que brillaban como la luna. Su pelaje era suave y reluciente, pero lo que más destacaba eran sus ojos por su mirada inteligente.

Un día, volando por los cielos azules, decidió bajar a un prado verde para descansar y beber agua en un pequeño arroyo que por allí corría, cuando se disponía a beber, escucho unos cascos y al mirar se encontró con un Unicornio de arcoíris, que pastaba tranquilamente en la pradera, su melena resplandecía en todos los colores del horizonte y su cuerno destellaba con un brillo mágico.

El Unicornio arcoíris tenía el nombre de Prisma, porque reflejaba la luz y los colores del mundo a su alrededor, al igual que Nimbus, estaba tratando de llegar al País de la Fantasía.

Nimbus le dijo a Prisma, que Juntos, formarían un dúo brillante para ir en busca de ese país de la Fantasía, pues dos cabezas piensan más que una, por lo que decidieron hacer el viaje juntos, llenando el camino de alegría, magia, y aventura, los dos hicieron buenos amigos rápidamente y decidieron emprender juntos una aventura, para encontrar el País de la Fantasía. Volaron sobre montañas doradas y ríos de cristal hasta llegar a aquel lugar maravilloso lleno de flores cantantes y árboles danzantes.

Cuando llegaron a su destino, aquello les deslumbró, era mejor que lo habían imaginado, cuando descendieron a un prado, se encontraron a un pequeño dragón llamado Chispitass, que estaba llorando, le preguntaron que porque estaba triste, y el pequeño, les dijo que no sabía “vuolar”, ni echar fuero por sus fauces, solo unas pequeñas chispas y un poco de humo.

Los dos amigos le dijeron, que cuando estuvieran ya asentados en el sitio, le enseñarían a “vuolar” como decía él, y le explicarían cómo elevarse entre las nubes mientras reían en su mágica tierra llena de maravillas.

Así fue así como, conocieron a su primer amigo en el nuevo lugar, crearon lazo inquebrantable entre ellos tres, explorando cada rincón del país donde todo era posible.

Mientras investigaban, poco a poco, un manto oscuro, iba como una manta, tapando todo el País de la Fantasía, y Nimbus, Prisma y Chispitas, se pusieron a buscar un sitio para pasar la noches, y de repente escucharon risitas suaves que resonaban entre los árboles brillantes, siguiendo el sonido, encontraron un grupo de hadas danzando en un claro iluminado por luciérnagas, les recibieron muy amigablemente y cuando les dijeron que necesitaban un sitio para pasar la noche, iluminando el camino, les acompañaron a la ciudad de la magia, allí vivían y podían elegir el lugar que deseasen que no estuviese ocupado.

Las hadas eran pequeñas y luminosas, con alas transparentes que destellaban como diamantes al sol; tenían vestidos hechos de pétalos y hojas, y sus ojos reflejaban estrellas; cada una tenía su propia chispa única, y vivían en unas casitas que parecían linternas colgadas de las ramas de los árboles, construidas con pétalos de flores gigantes, y hoja decoradas, que decoraban con cristales mágicos. 

Estas preciosidades,  se dedicaban a cuidar la naturaleza; hacían crecer flores cantoras, guiaban a las abejas para que encontraran las mejores plantas, acompañaban a los colibrís para que libaran en los mejores sitios, y las libélulas fueran a los arroyos con el agua más clara, a las mariposas que bailaran en los prados más verdes, les hizo gracia Chispitas que soñaba con volar alto junto a sus amigos voladores, las hadas le prometieron que ellas también le ayudarían con su polvo mágico, y creando vientos suaves para que él pudiera elevarse; Chispitas se puso muy contento, pues estaba seguro, que volaría.

Así pasaron días llenos de risas, magia e imaginación mientras todos juntos decidieron enseñar a volar a su pequeño dragoncito, que en pocos días había crecido mucho, Nimbus lo subió a su grupa junto, le soltó en el aire, y las haditas volando a su alrededor echaron polvo de hadas y Chispitas voló.  Que feliz estaba.

Todos juntos, se fueron a buscar un lago encantado que no sabían donde estaba, pero que unos gnomos les habían indicado el camino, también les habían dicho que tal vez se enfrentasen a algún desafío, pero juntos eran más fuertes, y lo vencerían.

Mientras volaban sobre bosques dorados, se encontraron con una oscura niebla que cubría el camino, al acercarse, descubrieron que era la bruma que había sobre una ciénaga, que antes había sido un precioso lago, pero que un antiguo hechizo lanzado por una bruja solitaria, lo había echo feo, y esa niebla había atrapado a los habitantes de una pequeña aldea, entre todos determinaron eliminar la bruma, y las hadas usaron su magia para disiparla, y así ayudar a liberar a todos los habitantes, pero no pudieron.

Su magia no funcionaba, la bruja había dejado una trampa, y es que para liberarlos deberían hacer tres retos.

El primero, era atravesar el Puente de las Ilusiones sin dejarse engañar, para luego resolver la adivinanza de un sabio búho guardián, y finalmente encontrar la flor mágica, que se llamaba “Flor de Luna” y que florecía e solo bajo la luz de la luna llena.

Y al terminar todos los retos, los habitantes volverían a sus casas, y el lago que buscaban, que ahora era una ciénaga, volvería a ser un hermoso estanque, lleno de peces, cisnes, patos y demás criaturas.

Nimbus, usó su agilidad para cruzar el puente, Prisma resolvió la adivinanza que le propuso el buho, las hadas junto a Chispitas; buscaron y encontraron la flor de luna, que deshacía los hechizos.

Esta Flor llena de magia, era una planta delicada con pétalos plateados que reflejaban la luz de manera hipnótica, creando un brillo suave en la oscuridad,  y emanaba una fragancia dulce y envolvente, esa era la flor que tenía el poder de romper encantamientos, sí alguien lo pedía con sinceridad desde el corazón. Además, sus raíces estaban conectadas a la energía del País de la Fantasía, manteniendo equilibrado todo su ecosistema mágico.

La flor de luna, tenía el resplandor plateado más brillante que jamás habían visto, todos juntos para ser más fuertes pidieron el deseo desde lo más profundo de su corazón.

Desearon que todos los seres atrapados por un sueño profundo, se despertaran, ese fue un momento donde su valentía e intención pura, sus pensamientos brillaron intensamente, incluso más que las propias estrellas, todos volvieron a su estado natural, como si el tiempo no hubiese pasado, ni nada hubiera ocurrido.

Las propiedades mágicas eran únicas, y como un resorte se pusieron en marcha, cuando la tocaron todos a la vez, con el mismo pensamiento. 

Su luz emitió unas ondas de energía mágicas que rompieron el encantamiento, Las partículas brillantes generadas por la flor envolvían a quienes estaban atrapados en sueño profundo, despertándolos lentamente mientras los conjuros se disipaban.

La bruma de la ciénaga desaparició y de la oscuridad paso a la luz, apareciendo un maravilloso lago de aguas azules  transparentes, llena de peces de colores, cisnes, patos, gansos y todos los seres que en esas aguas vivían.

Los habitantes volvieron a sus casas y el maravilloso lago volvió a tener la vida que siempre había tenido, y la bruma se disipó para siempre.

Las haditas, volvieron a su aldea, y los tres amigos, volaron a correr nuevas aventuras.

BukarteZ - 2003